El camino inicia con el mío. Un proceso de autoconocimiento, escucha y sanación. Dejar de ser todo aquello que no era para comenzar realmente a habitarme en esencia como el tránsito de mi camino.
Comenzó en la infancia con muchos traumas y plena oscuridad, la vida poniéndome a prueba, dándome a elegir en todo momento que camino transitar y hacia donde poner la mirada, ciega por todo el dolor y sufrimiento durante tantos años, que no alcanzo a recordar, terminé en un pozo profundo de completo drama al estar cegada por el ego y los personajes que le abrazan y con ello heredando todo lo no sanado.
No todo el mundo toca fondo y no todo el mundo necesita el fondo para hallar la luz de lo vivo y esencial que habita en nosotros y en lo ilimitado en cada detalle. En mi caso fue así, tocar fondo, la muerte nunca supuso un pensamiento del fin, si no de un nuevo comienzo y con todo ello mori, di muerte en el fuego de todo aquello que no me pertenecía y vaciarme, tan vacía que no me reconocía, tanto que jamás volví a ser la misma.
Ahí comenzó la búsqueda, la sanación, sin escabullirme, mirándome fijamente y adentrándome en la belleza de mi profundidad, para con el amor ilimitado que albergo tocar la maxima grandeza de pureza en cada rincón del paso. Con todo ello me replanteo mis relaciones, el trabajo y mi vida. Y comencé de nuevo desde lo esencial como hice con todo lo interno para luego alcanzar lo externo. Al tiempo de sentir lo esencial, la belleza, la sanación, el auto perdón y no jucio hacia mi y el mundo, comencé a ser tejedora de la gran red por la que estamos unidos desde un lugar pleno e ilimitado porque todo se convierte en certeza y no creencia.
Grandes maestros me crucé en el camino, sin duda todos reflejos de lo que soy y yo reflejo de lo que ellos son, afinaron el son del camino y el proceso de reencuentro, mirando y encontrando cada rincón necesitado de pulsar con el habitar, sin duda alguna en ese encuentro comprendí mi maestría, encontraba más la Fe en mí y el amor incondicional al ser.
Mis cuerpos me guiaban.
Traía la primera luz de la inocencia que es el alma libre de culpa para anclar y expandir en tierra.
Soy todo y soy nada
Un fragmento de 2:22 que resume como alcancé la sanación en todos y cada uno de los sucesos de mi vida que me llevan al ahora. El perdón, la desidentificación, el mirar de frente a mi ego, para volver al amor y llegar a la sabiduría interna. Parte del proceso.
Me negué a mirar donde debía hacerlo.
Hoy estoy aquí. Lo logre
Miré
Libre. Con la pureza. Aprendiz. Amante. Plena
Habitando la pureza del corazón, la gracia y con amor incondicional a todo aquello que acontece, poniéndome al servicio de ser y volver donde una vez ya estuve.
En este camino siendo una eterna aprendiz de la belleza de nuestra existencia, aprendiz de lo esencial, conectando con mi propósito y poniendo al servicio los dones prestados que son pertenencia de todos, siendo un canal para el alcance de quien lo requiera.
Tras hallar este lugar dejó de existir el tiempo y la velocidad de lo acontecido que es perfecto y abrumador para encontrar el cauce.
Simplemente lo pongo al servicio para el acompañamiento y sostén de todo aquel que quiera encontrar la sanación de cualquier dolencia, para su mejor calidad de vida y profundo bienestar.
Soy un puente manifestador dando alcance a la sabiduría que hay en todos nosotros desde la Fe que hallamos.
No estoy aquí para diagnosticar o juzgar, esto no es lo culturalmente indicado por la sociedad, aquí hay un espacio donde simplemente ser y que puedas habitarte ilimitado y sano. Derribando todo eso que no te pertenece para abrazar tu esencia. Para volver a ser ese diamante y brillar.